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10 El rey David se alegró mucho y bendijo al Señor delante de toda la congregación. Dijo:

«Bendito seas, Señor y Padre nuestro, Dios de Israel, desde el siglo y hasta el siglo. 11 Tuya es, Señor, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; pues tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es, Señor, el reino.(A) ¡Tú eres excelso sobre todas las cosas! 12 De ti proceden las riquezas y la gloria. Tú dominas sobre todo. En tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano también está el engrandecer y el dar poder a todos.

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